sábado, 16 de septiembre de 2017

SUPERANDO LA MUERTE DE UN FAMILIAR

Cuando uno de nuestros familiares muere, empezamos a recibir palabras de consuelo. Entre mas cercano sea ese familiar, mas palabras de consuelo recibimos. Si se trata de un pariente muy lejano, tal vez nos dicen, lo siento mucho, pero cuando se trata de nuestra madre, padre,  hijos o hermanos, al ver que nuestro dolor es tan grande, nuestros amigos, vecino y familiares nos envían algunas notas de consuelo. Como cristianos sabemos perfectamente como afrontar esta situación, pero.. ¿que de aquellos que no conoce a Cristo?. Ellos empieza a ser bombardeados con cosas como las siguientes:


1. No te preocupes , el está en un lugar mejor y desde allí te va a cuidar.
Ante esto tengo que decirte, que no es cierto. El no podrá cuidarte porque si está con Cristo, no recordará quien eres y si no está con Él, no puede cuidarse ni siquiera el mismo. Pero tu que esta leyendo estas lineas y sigues con vida, si podrás guiar a los tuyos por el camino correcto.

La biblia nos enseña que la única seguridad la tenemos en Cristo, y el ha dejado quien anuncie esa buena nueva. Dice la palabra del Señor que si  alguien se levantará de entre los muertos a predicar el gloriosos evangelio de Jesucristo, alguno no creerán. Si Dios no encomendó esta labor tan importante como es la de predicar el evangelio a los muertos, mucho menos va a permitir que vengan a cuidarte y a ocupar el lugar en tu corazón que solo a Dios le corresponde. Dice la palabra del Señor en Exodo 20:

3. No tendrás dioses ajenos delante de mí.
4. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 
5. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen.


2. Inventas historias tiernas pero que tristemente no son verdad, como la carta que los difuntos envían a sus seres queridos.
Los muertos, muertos están y no puede hacer nada. Que pensarías si ese familiar que está muerto en realidad pudiera ver lo que pasa contigo, estar cerca de ti siendo un espíritu. Creo que tu dolor seria mas grande al querer abrazarlo y no poder hacerlo, y recordar cuantas veces tuviste la oportunidad de abrazarlo cuando estaba con vida y no lo hiciste. ¿Crees que esto es consuelo? ¿ Crees que nuestro Dios que es tan amoroso permitirá tal sufrimiento? NO.

Cristo te ofrece la solución para tanto sufrimiento. Todo sufrimiento es consecuencia de nuestros pecados. La falta de atención para nuestros seres queridos, es porque somos egoístas, buscamos siempre lo mejor para nosotros, queremos que otros complazcan nuestros caprichos, y cuando no lo conseguimos viene los pleitos, las palabras agresivas, la destrucción de la familia.

Dios permite el sufrimiento para que podamos reflexionar. Él aliviará tu corazón, no solo para que tengas paz por la perdida de tu ser querido, sino también para que aprendas  vivir en paz con los que quedaron contigo y los estas ignorando porque el dolor te abruma, y buscas hacer cosas alejándote de los que te rodean.

 Dios quiere que le conozcas, que le sirvas, y que guíes a tus familiares hacia Él. Salmos 46:10 dice: estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. 

3. Otros aconsejan levantar un altar al difunto y festejar el día de los muertos.  
La ignorancia de aquellos que no conocen a Cristo es cada vez mas grande; por eso muchos no logran superar sus penas en tanto tiempo, porque viven atormentándose con recuerdos de lo que pudo ser y no fue.

Entiende esto, no puedes cambiar el pasado ni controlar el presente, debes dejar que Dios se siga encargando de hacer con su creación como el lo desee. Tu eres parte de esa creación, y Dios ha prometido cuidarte. Lee con atención esta porción de la palabra del Señor, es todo lo que necesitas.

Mateo 6
25. Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
26. Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
27. ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
28. Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
29. pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
30. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
31. No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
32. Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
33. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
34. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Mateo 11
28. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
29. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
30. porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Salmos 65:4.
Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti,
Para que habite en tus atrios;
Seremos saciados del bien de tu casa,
De tu santo templo.

¡Espero en Dios, que estas pocas palabras te sean de real consuelo!