viernes, 8 de enero de 2016

LA ILUMINACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO




LAS GRANDE DOCTRINAS DE LA BIBLIA
por R. C. Sproul
Traductora: Marcela Robaína


40 LA ILUMINACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

Una de las invenciones modernas más útiles ha sido la linterna a pilas. Cuando hay un corte de electricidad y la casa se Sumerge en la oscuridad, la linterna es un salvavidas. Su función es hacer brillar la luz en la oscuridad para que podamos ver lo que hay allí. Sirve para iluminar la escena.

La Biblia no es un libro de oscuridad. Por el contrario, es la fuente de luz tan necesaria. El salmista dice sobre la Palabra de Dios "lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino" (Salmo Ps. 119:105).

No todas las partes de la Escritura son igualmente claras para nuestro entendimiento. Algunos pasajes son difíciles de entender. En algunos pasajes debemos hacer un gran esfuerzo para discernir el significado del texto. La consecuencia del pecado sobre nosotros ha sido la de envolver nuestras mentes en la oscuridad. Debido a nuestra naturaleza caída, somos criaturas en la oscuridad, desesperadas por la luz.

Aunque las Escrituras en sí mismas son nuestra luz, todavía tenemos necesidad de iluminación adicional para que podamos percibir la luz con claridad. El mismo Espíritu Santo que inspira la Escritura, trabaja para iluminar las Escrituras para nuestro beneficio. Él hará que la luz original ilumine todavía más. La iluminación es el trabajo del Espíritu Santo. Él nos ayuda a escuchar, a recibir y a entender adecuadamente el mensaje de la Palabra de Dios. Como lo expresa el apóstol Pablo:

Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios (1 Cor. 2:9-11).

Pablo está haciendo una analogía extraída de la experiencia humana. Es posible aprender muchas cosas nuevas sobre mí observándome o escuchando lo que se dice de mí, pero no es posible saber lo que está ocurriendo en realidad en mi mente ni en mi espíritu a no ser que yo mismo opte por revelarlo. Solamente yo sé lo que estoy pensando. (Aunque a veces, ¡estoy seguro que mi esposa puede leer mi pensamiento!)

De la misma manera, es el Espíritu Santo quien conoce los pensamientos más secretos de Dios. Pablo nos dice que el Espíritu "escudriña" lo profundo de Dios. Esto no significa que el Espíritu Santo deba investigar o estudiar la mente de Dios para ser instruido. No está buscando información que Él no tenga. "Escudriña" del mismo modo que lo hace una linterna en la noche para traer a la luz lo que de otro modo quedaría oculto.

La iluminación no debe ser confundida con la revelación. Hoy en día se ha vuelto un lugar común oír hablar a las personas sobre revelaciones privadas que dicen haber recibido del Espíritu Santo. La obra de iluminación del Espíritu Santo no es la de proveer nueva información o nuevas revelaciones aparte de las que encontramos en la sagrada Escritura.

El cristianismo reformado niega enfáticamente que Dios esté dando hoy día nuevas revelaciones normativas. El Espíritu todavía está trabajando para iluminar lo que ha sido revelado en la Escritura. El Espíritu nos ayuda a entender la Biblia, nos convence de la verdad de la Biblia, y aplica esta verdad en nuestras vidas. Trabaja con la Palabra y a través de la Palabra. Su tarea nunca consiste en enseñar algo contrario a la Palabra. Por  lo tanto, resulta siempre necesario comparar lo que escuchamos con la enseñanza de la Escritura. La Escritura es el libro del Espíritu.

Resumen

l. La iluminación se refiere a la ayuda que el Espíritu Santo nos brinda para entender y aplicar la Escritura.
2. La iluminación no debe ser confundida con la revelación.

Pasajes bíblicos para la reflexión


Fuente
http://www.hombrereformado.org/grandes-doctrinas-de-la-biblia---r-c-sproul/40-la-iluminacion-del-espiritu-santo